Baile con serpientes
Leonor Abujatum
El libro Baile con serpientes fue editado por primera vez en el año 1996 en El Salvador. Su autor, el también periodista Horacio Castellanos Moya, se ha posicionado como uno de los más importantes autores de su país durante los últimos años.
En la novela Baile con serpientes, que consta de 193 páginas, Castellanos Moya experimenta un nuevo tipo de literatura, completamente nuevo para él. Por primera vez mezcla descripciones fieles a la realidad con elementos fantásticos. El resultado es un nuevo tipo de novela policíaca, que emplea tanto el humor negro como también el sarcasmo, posee las características de una novela de suspenso y cuya acción se desenvuelve en el contexto del caos urbano contemporáneo.
La novela trata del sociólogo desempleado Eduardo Sosa, quien vive en un barrio periférico de una ciudad llamada Macrópolis. El tiempo narrado de la novela equivale a tres días en la vida de Eduardo Sosa. Un día cualquiera aparece un viejo Chevrolet amarillo de los años cincuenta en el barrio. Jacinto Bustillo, un pobre muy extraño, vive en aquel auto y rápidamente despierta la desconfianza de los vecinos. Eduardo Sosa decide observarlo:
Yo era el vecino ideal para fisgonear a ese individuo. Desempleado, sin posibilidades reales de conseguir trabajo […] (Castellanos Moya, 2002: 10)
Sosa no tiene nada mejor que hacer que espiar al curioso personaje para saber quién es y qué quiere. Luego de intentar varios acercamientos, finalmente Jacinto Bustillo decide dejar que Sosa lo acompañe en su búsqueda por basura aprovechable. De pronto, en una repentina aceleración de los hechos, Eduardo Sosa mata a Bustillo con un cuchillo. De ahí en adelante Sosa sufre una profunda metamorfosis, al parecer desencadenada por una sicosis. Sosa se viste con los harapos del asesinado y regresa al Chevrolet amarillo. Al entrar, se da cuenta de que no está solo: cuatro serpientes viven en el auto. Él las bautiza con los nombres Carmela, Loli, Valentina y Beti.
A partir de este punto la novela se desarrolla en dos niveles: uno real y otro fantástico. Al nivel real pertenecen las descripciones de los personajes y de sus respectivas situaciones. El ámbito fantástico se hace notar, por ejemplo, en el hecho de que las serpientes hablan, piensan, consumen drogas y tienen sexo con el sicótico de Eduardo Sosa. Una serpiente incluso se enamora de Sosa.
Las serpientes le cuentan a Sosa los detalles de la vida de Jacinto Bustillo, una historia marcada por infelidades, envidia y venganzas. La forma en que las víboras narran, corresponde a la imagen bíblica de las serpientes, es decir, como símbolo de la maldad y la insidia. La meta de las serpientes es que su nuevo dueño les de más libertad, porque lo que ellas anhelan es hacer cundir el pánico en la ciudad y asesinar a muchas personas, para así vengar la vida fracasada de Jacinto Bustillo. El plan da resultado y Sosa, obsesionado con la vida de Bustillo, permite que las serpientes salgan del auto. Desde el momento en que los cinco llegan a un centro comercial, el caos se expande por la ciudad inconteniblemente y la extraña transfromación de Eduardo Sosa en Jacinto Bustillo comienza. Las serpientes matan enloquecidamente y también el sicótico de Eduardo Sosa balea a varias personas.
Luego de que cientos de personas han muerto en forma terrible a causa de mordidas de serpientes y que incluso el presidente del país ha tenido que ser evacuado del palacio presidencial, un policía llamado Handal recibe el caso. Al mismo tiempo la joven y apasionada periodista Rita Mena investiga los hechos y rápidamente se ve metida en medio de la historia. Tanto Handal como Rita Mena aparecen también en otras novelas de Horacio Castellanos Moya [como Insensatez, La diabla en el espejo, Donde no estés ustedes y El arma en el hombre].
Al final, el policía Handal encuentra el auto en las afueras de la ciudad y hace quemarlo incluído su contenido. No queda claro si las serpientes mueren, pero el autoproclamado Jacinto Bustillo, quien vuelve a transformarse en Eduardo Sosa, logra escapar en el último segundo y regresa a su casa [Literatura y saber SobreVivir]. Es así como la historia recibe el carácter de un relato cíclico, porque durante la historia el personaje recorre un círculo, para finalmente llegar al punto de partida.
En la historia hay tres instancias narrativas. Una voz es la del sicótico domador de serpientes, la segunda es la del policía Handal y la última corresponde a la periodista Rita Mena. Todos los narradores son homodiegéticos, puesto que son personajes dentro de la historia que cuentan. Todas estas instancias narran en primera persona y el tipo temporal es una narración tardía, eso quiere decir que la posición de la narración está en el pasado (cfr. Genette 19982).
En esta novela la ciudad no es sólo el lugar de la narración, sino que se transforma en un actor:
Se trata de […] un personaje más en ese desencanto y cinismo en el que deambulan los personajes. Un espacio en el que se asesina, se consume droga, hay sexo y, todo ello, a través de engaño, seducción y trasgresión de lo establecido. (Méndez, F. A.: “De cacerías y ciudades fragmentadas”)
El espacio en el que transcurre la historia, equivale a una ciudad grande del El Salvador contemporáneo. Tras la larga guerra en aquel país reina una atmósfera cargada de desilusión [Violencia]. Y es esta la realidad que se refleja en la novela Baile con serpientes, no sólo a través de los personajes, sino también a través del escenario. Incluso mediante el vocabulario empleado en la novela, se reconoce la desilusión y decepción causadas por la violenta y larga guerra civil. A causa de la naturaleza despiadada de la novela, la narración no es adornada con oraciones o palabras lindas.
Bibliografía
Castellanos Moya, H. (1996): Baile con serpientes. San Salvador, Dirección de Publicaciones.
Castellanos Moya, H. (20022): Baile con serpientes. México D.F., Tusquets.
Literatura secundaria
DPA (2002): “Horacio Castellanos Moya baila con serpientes”, en:
http://archive.laprensa.com.sv/20020325/revista_eco/eco6.asp 25.03.2002, (10.06.2006)
Genette, Gérard (19982): Die Erzählung. München
Méndez, F. A. (2004): “De cacerías y ciudades fragmentadas”, en:
http://www.prensalibre.com/pl/domingo/archivo/revistad/2004/julio04/180704/dcultura.shtml 18.07.2004, (20.05.06)
Verduchi, E. (2002): “Horacio Castellanos Moya: Todos somos criminales”, en:
http://www.sololiteratura.com/hor/horentrtodossomos.htm
Ortiz Wallner, A. (2002): “Transiciones democráticas / transiciones literarias sobre la novela centroamericana de posguerra”, en: http://www.denison.edu/collaborations/istmo/n04/articulos/transiciones.html 20.10.2002, (07.06.2006)