El arma en el hombre

Ursula Kirchenmayer

 

Esta novela, publicada en 2001, narra en el transcurso de 132 páginas y 37 capítulos cortos el testimonio del ex-militar Robocop quien, por quedarse desempleado después de la Guerra Civil, se introduce en una banda que primero solo se dedica a robos de vehículos pero que a lo largo de la narración llega a planear y llevar a cabo asesinatos políticos. Esta banda forma parte de una red confusa de violencia, corrupción y traición, en la que Robocop está obligado a cambiar de lados constantemente para sobrevivir. Se cuenta la historia en un lenguaje simple y desde la perspectiva del yo-narrador. El mismo Castellanos Moya presenció y enfrentó la guerra civil y la transición como periodista.

Empleando un lenguaje simple pero en ningún momento coloquial, el autor nos conduce al mundo subjetivo de Robocop de una manera confusa y a la vez cronológica. Formando parte de este mundo, el protagonista no puede entender los mecanismos que lo llevan adelante. Por eso resulta más difícil resumir el contenido de una manera corta y lógica. Castellanos Moya había anotado esta novela con puño y letra en un cuaderno (ver Lara Martínez 2002) para poder vivir su personaje y será por eso que se vuelve tan real la novela.

Esta se encuentra directamente relacionada con otras obras del autor, lo que resulta más aparente en el caso de La diabla en el espejo. Este libro se escribió desde el punto de vista de Laura que era la mejor amiga de Olga María de Trabanino y la que pierde el juicio después del asesinato brutal de su compañera. Solo tras la lectura de este libro se puede entender El arma en el hombre en su conjunto. Las redes confusas para las que trabaja Robocop resultan bandas políticas adversas con sus respectivos intereses. Yuca, el ex compañero de colegio de Olga y Laura, no solo es coquero como aparece en La diabla en el espejo sino que se revela como Tío Pepe, el dueño poderoso de las plantaciones de coca en “Las Flores” (el nombre de este pueblucho en las montañas ya indica su relación con las “flores mágicas”, es decir, con la hoja de coca) y resulta buen amigo de Chato Marín quien es el encargado de exportar el producto a los Estados Unidos.

En La diabla en el espejo, además, no se explica quién resulta ser el asesino en medio de tantos sospechosos. Solo gracias a la lectura de Robocop se esclarece que los culpables eran los enemigos del Yuca, la banda de Don Toño que antaño habían sido los jefes militantes de Robocop. Pero El arma en el hombre se relaciona con más obras del autor: Varias veces aparecen el ya conocido Subcomisionado Handal y su compañero, el detective Villalta. En Guatemala, Sholón, un colega nuevo de Robocop, le cuenta una anécdota horrorífica que se documenta en Insensatez como una de las más brutales violaciones de los derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil:

Cuando agarro a un niño enemigo por los pies y lo hago rotar a gran velocidad en el aire hasta despedazar su cabeza contra las paredes, garantizo el sometimiento del enemigo por varias generaciones. (2001: 66)

Nada indica explícitamente en cuál país se desarrolla la acción, pero como el país al norte es Guatemala y las referencias temporales coinciden con las de la Guerra Civil salvadoreña, se puede decir que se trata de la patria del autor. La novela aparenta algunos rasgos que se conocen ya de otras obras post-guerra que surgieron en América Central en los años noventa: por ejemplo, el protagonista principal se encuentra excluido de la población civil (y Robocop lo está, en efecto, por su condición de asesino) y, además, la novela resume en muy pocas páginas detalladamente todos los sucesos crueles que ocurrieron en la historia de este país. Una de las características más peculiares de Robocop, sin embargo, es su aire silencioso.[Oralidad]. “Yo era su público ideal: soy hombre de pocas palabras y no quería que allá supieran mi historia.” (2001:41) Claro, si el aparentara lo que sabe ante desconocidos, los pondría en riesgo de muerte a ellos y también a sí mismo y, es más, impediría la realización exitosa de su misión [Literatura y saber sobrevivir]. Por lo tanto, al haberle confiado parte de su historia a la prostituta Vilma, no le queda otra que deshacerse de ella:

...La vi ansiosa, con ganas de saber....le fui contando, con pocas palabras, más bien respondiendo a las preguntas de ella... saboreaba los detalles... “¿Qué harás ahora?”, me preguntó ... ella me lamió ... sus movimientos fueron una recompensa porque yo le tenía tanta confianza. Más tarde,... cuando ella dormitaba tendida boca abajo, le hice un orificio en la espalda. (2001:102)

Como lectores nos volvemos automáticamente cómplices. Eso solo es posible porque el escritor, una autoridad superior, nos transmite el testimonio de Robocop (Lara Martínez 2002). Por medio de su lenguaje, la novela contrasta con el habla descontrolado y pesado de la narradora Laura en La diabla en el espejo. Mientras que el lector del testimonio de Robocop debe enterarse de lo menos posible, al lector de La diabla en el espejo de cierta manera se le otorga el saber acerca de lo ocurrido. Surge la pregunta si eso será la razón por la cual estas dos novelas solo se entienden mejor al leerlas en su conjunto. De todas formas, mediante estas dos obras Horacio Castellanos Moya nos demuestra dos posibilidades contrarias de cómo formular la “voz de los sin voz”.

Robocop en realidad se llama Juan Alberto García y su apodo se deriva de una figura de cine parecida a él. Durante la guerra, formaba parte de la tropa de asalto del batallón Acahualpa, bajo el auspicio benevolente de los estadounidenses que les concedieron cursos de capacitación y perfeccionamiento. Acabada la Guerra Civil, sin embargo, se disolvió el batallón y gran parte de los soldados, entre ellos Robocop, se quedaron desempleados, solo reindemnizados con un cheque rápidamente gastado:

… pero cuando la guerra terminó, me desmovilizaron. Entonces me quedé en el aire: mis únicas pertenencias eran dos fusiles (...) y un cheque equivalente a mi salario de tres meses, que me entregaron como indemnización. (2001:9)

Y más adelante:

... supe que mi vida estaba a punto de cambiar, como si de pronto fuese a quedar huérfano: las Fuerzas Armadas habían sido mi padre y el batallón Acahuapa mi madre … no me podía imaginar convertido de la noche a la mañana en un civil, en un desempleado.(2001:12)

En los primeros meses después de su despido, Robocop, cuya madre y hermana viven en los Estados Unidos, puede quedarse en la casa de su primo Alfredo, un confidente de la policía. En esa época llega a conocer a la prostituta Vilma en el burdel La Piragua y vuelve a encontrarse con su ex compañero Bruno Pérez. Este está enganchado junto con otros ex militares en una iniciativa a favor de una reindemnización adecuada. Por falta de dinero, Robocop participa en un ataque a la asamblea parlamentaria y sale como sensación en los medios de comunicación sin recibir la reindemnización prometida. Después de una aventura amorosa con Guadalupe, la esposa de Alfredo, Robocop se marcha de la casa para convivir con Vilma. Con las armas que le quedan a Robocop, él y Bruno planean sus primeros golpes para ganar dinero. Su primer intento, el asalto de un viejo matrimonio alemán, acaba con una masacre sangrienta. Más éxito tienen con el robo de autos, ya que el compañero de Bruno, Néstor, que tiene un taller, les compra los vehículos robados bajo buen precio, por orden de otra banda criminal. Por lo tanto, Robocop obtiene los medios necesarios para acabar su relación con Vilma, alquilarse una casa y comprarse su propio carro.

Por coincidencia, Robocop se vuelve a encontrar con su ex compañero Saúl que ahora trabaja bajo el mando del Mayor Linares. Saúl presenta Robocop y Bruno a su jefe. De esta manera, Robocop se entera de los subcomandos urbanos de terroristas que según el contrato debían haberse disuelto inmediatamente después de las negociaciones de paz. Sin embargo, siguen vigentes y actúan en la inoficialidad. Ahora se trata de descubrirlos y extinguirlos. En su primera misión, tienen el encargo de aniquilar al parlamentario David Célis, ex terrorista y ahora líder de un secreto comando ciudadano. Robocop le pega un tiro delante de su pequeña hija de tres años. Como ese es el primer caso de esta forma después de finalizada la guerra, causa mucha atención hasta en los círculos del FBI. Por lo tanto, Robocop tiene que salir del país.

Se vuelve guardaespaldas de un amigo de Linares en Guatemala, pero solo cuatro meses después vuelve sigilosamente y sin mayores explicaciones a El Salvador. Sin embargo, no ubica a Bruno, quien debía haber cuidado su casa, su auto y sus demás pertenencias y encuentra cerrado el taller de Néstor. Robocop tiene que empezar de nuevo y una vez más se instala en la casa de Alfredo. Por medio de los periódicos se entera de que acaban de descubrir una red de contrabando de autos bajo el mando del ex jefe de seguridad de la asamblea parlamentaria, el Coyote. Como el auto de Robocop se encontraba en el taller, él es buscado por la policía. Después de un encuentro apresurado con Bruno, se consigue un cuarto en el otro lado de la ciudad para encerrarse ahí durante un mes.

La primera vez que vuelve al burdel, se cruza con Saúl y Bruno. Ellos le informan que tienen que restablecer su unidad por orden de Linares. En la segunda misión, Saúl le obliga a Robocop sin explicaciones adelantadas aniquilar a una mujer frente sus dos hijas. El caso causa una enorme agitación pública. Tras un último golpe, Robocop es perseguido por la policía y se escapa a la casa de Alfredo, donde cae en una trampa.

De esa forma, se vuelve preso en el así llamado Palacio Negro donde es interrogado varias y largas veces por el Subcomisionado Handal y el detective Villalta. Así se entera de que la mujer asesinada se llamaba Olga María de Trabanino. A pesar del empleo de drogas y promesas, Robocop no suelta palabra. Por las drogas tiene alucinaciones en las que le visitan su madre y su hermana o Sholón de Guatemala. Tras la liberación por sus compañeros, Saúl le espera en un avión: por orden de Linares, este supuestamente debe acompañarlo en su salida del país. Durante el vuelo, sin embargo, Saúl intenta pegarle un tiro a Robocop, pero este se le puede adelantar y mata a Saúl. Después de haber aterrizado en algún lugar de la costa de Guatemala, también aniquila al piloto, quema el avión y marcha hacia el interior del país.

Después de muchos días de viaje agotador, llega al pueblo montañés Las Flores. Allá se encuentra con paisanos que le aceptan en sus filas después de haberle interrogado detenidamente. Con el tiempo se da cuenta de que muchos de sus nuevos compañeros antes habían luchado en las filas de los terroristas. Desde que se finalizó la guerra, trabajan para la corporación de Tío Pepe, un político poderoso y dueño de bancos, periódicos y empresas. A él también le pertenecen las plantaciones en los alrededores de Las Flores. Su adversario más grande es la banda de don Toño, los ex jefes de Robocop de los que pensaba que eran la Fuerza Armada.

Junto con su nuevo compañero Rudy tiene que cumplir con una misión en Ciudad de Guatemala. En el ataque decisivo se ve confrontado justamente con Linares. A pesar del fracaso de la acción en sí, Robocop puede aniquilarlo y escapar afectado por un disparo que le había pasado rozando. Mientras que Rudy está resuelto de volver en bus a Las Flores, Robocop quiere quedarse en Ciudad de Guatemala para tratar de restablecer el contacto con sus jefes. En un bar se cruza por casualidad con Vilma que le advierte de perseguidores cercanos. Se escapan juntos a un motel donde pasan una noche amorosa. Como Robocop había caído en la tentación de revelarle a Vilma partes de su vida tiene que matarla. Luego vuelve al edificio en el que le prepararon para el ataque en contra de Linares y alcanza ser transportado por helicóptero a la casa de Tío Pepe. Le parece conocerlo de la televisión con otro nombre. Después de ser interrogado por el jefe en persona, se cruza con una mujer llamada Laura que al instante reconoce en Robocop el asesino de su mejor amiga Olga María. A Tío Pepe lo llama Yuca.

De vuelta en Las Flores, les llega una visita desprevenida de cinco mexicanos cuyo jefe Chato Marín es el hombre más buscado de México por narcotraficante. Siendo amigo de Tío Pepe, puede quedarse. Desgraciadamente, trata continuamente de contactar a su gente por radio, así que su posición finalmente queda descubierta y todo el asentamiento es atacado desde el aire. Robocop consigue fusilar a Chato Marín y a tres de sus compañeros en plena huída. Después se une a su gente. En su fuga cruzan un campo estratégico de minas y después se hunden en un sistema subterráneo de túneles. En la salida, sin embargo, los espera una lluvia de balas.

Robocop se despierta en un hospital en los Estados Unidos, donde el agente anti-narcóticos Johnny le propone un contrato: si Robocop decide revelar sus informaciones no será entregado a El Salvador. En vez de eso, sería convertido en agente para operaciones especiales a disposición en Centroamérica. Tiene la oportunidad de obtener una nueva identidad pero solo si a la vez está dispuesto a romper el silencio y a contar “la verdad”. Para seguir viviendo, Robocop tiene que negociar su supervivencia. [Literatura y saber sobrevivir] Si acepta el contrato, su primera misión en la guerra en contra de las drogas sería la aniquilación de la corporación de Tío Pepe. Según Johnny, solo así se volvería un verdadero Robocop.

 

 

Bibliografía

 

Literatura básica

Castellanos Moya, Horacio (2001): El arma en el hombre. Mexico D.F. Tusquets.

Castellanos Moya, Horacio (2003): Der Waffengänger. Traducción de Jan Weiz. Zürich: Rotpunktverlag.

 

Literatura secundaria

Lara Martínez, Rafael (2002): “Cultura de paz, herencia de guerra. Reflejos de la violencia en Horacio castellanos Moya”, externer link: http://www.denison.edu/collaborations/istmo/n03/articulos/moya.html.

s.a. (2001): “Robocop es un mercenario contrainsurgente” Entrevista con Horacio Castellanos Moya, externer link http://sololiteratura.com/php/docinterno.php?cat=miscelanea&doc=116.

Dalton, Juan José (2001): “El asco, la diabla y el arma”, en: La Prensa Gráfica, externer link http://archive.laprensa.com.sv/20010617/opinion/opi4.asp.

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Libros

El arma en el hombre

Portada de "El arma en el hombre" (H. Castellanos Moya)

 

Horacio Castellanos Moya, foto hecho por Moramay Herrera Kuri (México)