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HiN                                                      III, 5 (2002)

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Oliver Lubrich

„Egipcios por doquier“.
Alejandro de Humboldt y su visión ‘orientalista’ de América

 

2. Conocimiento

Pero el científico alemán no sólo opera con algunos clichés superficiales. Él establece una serie de referencias científicas, en especial de carácter geológico, climatológico, zoológico e hidrográfico. Una variedad de piedra que aparece muy a menudo es el „caillou d'Égypte“ [I.537, III.25] („guijarro de Egipto“ [V.r.e.-II.253]). El clima de los Llanos es explorado desde el punto de vista científico, lo cual, según Humboldt, sería igualmente deseable en el caso del Sahara: „Aucun baromètre n’a encore été porté dans le Sahara.“ [II.150] („No se ha llevado todavía al Sahara ningún barómetro“ [V.r.e.-III.211]). Los cocodrilos habitan lo mismo „en Amérique comme en Égypte“ [II.213] („en América como en el Egipto“ [V.r.e.-III.124]); „un véritable crocodile“ („un verdadero cocodrilo“) es „analogue à celui du Nil“ [II.214] („análogo al del Nilo“ [V.r.e.-III.294]). El Orinoco es comparable con el Nilo en muchos sentidos [II.658-664]: tanto en las estructuras del paisaje como en su función civilizadora, „la marche de la civilisation le long des vallées de rivières“ [II.659] („la marcha de la civilización a lo largo de los valles de las riberas“).

 

En general, la mayoría de las referencias al Oriente que a primera vista tienen un mero carácter científico, poseen también una dimensión cultural: las comparaciones de Humboldt se refieren a la infraestructura, el idioma, la ciencia popular, la religión, la mitología, el arte y la literatura. Como ejemplos de la „influence des localités sur la culture“ („influencia de las localidades en la cultura“ [V.r.e.-IV.338]), tema esencial que lo ocupa durante su viaje, Humboldt menciona exclusivamente regiones del Oriente: „L’île de Méroé entre l’Astaboras et le Nil, le Pendjab de l’Indus, le Duab du Gange, la Mésopotamie de l’Euphrate en offrent des exemples justement célèbres dans les annales du genre humain.“ [II.539] („La isla de Meroe entre el Astaboras y el Nilo, el Pendjab en la India, el Duab del Ganges, la Mesopotamia del Eufrates, ofrecen ejemplos justamente célebres en los anales del género humano“ [V.r.e.-IV.338-339]). Los Llanos son como el Sahara en la medida en que representan un obstáculo para la comunicación y la civilización [II.159]. Su interés por estudiar las sabanas de América del Sur no sólo es tomado por Humboldt como pretexto para hablar de los desiertos de Arabia, sino también para mencionar diversos vocablos árabes y compararlos con nombres persas y turco-tártaros: „On ne peut être surpris que la langue arabe, plus que toute autre langue de l’Orient, soit riche en mots qui expriment les idées de désert…“ [II.158] („No es posible sorprenderse de que la lengua árabe, mejor que cualquiera otra del Oriente, sea rica en vocablos que expresan la idea del desierto…“ [V.r.e.-III.222]).

 

Por otra parte, Humboldt se ocupa de hábitos, costumbres y otros temas de la antropología. Las exóticas prácticas culturales del Oriente („On sait que dans l’Orient on fait encore…“ [II.616]; „Se sabe que en el Oriente todavía se hace…“) son traídas a colación al igual que estados y procesos de carácter político („Dans ce pays, comme dans l’Orient, on ne connoît d’autres révolutions que celles que font les gouvernans eux-mêmes“ [II.545]; „En este país como en Oriente, no se conocen más revoluciones que las que hacen los mismos gobernantes“ [V.r.e.-IV.347]). Los indígenas atribuyen al consumo de determinados animales „ces mêmes qualités stimulantes“ („las mismas cualidades estimulantes“) que los orientales („les Orientaux“) buscaban en la carne de otra especie [II.494-495]. La religión de los pueblos del Alto Orinoco era en principio, como „entre los persas“, un culto de la naturaleza: „[ils] n’ont […] d’autre culte que celui des forces de la nature.“ [II.429] („no tienen […] otro culto que el de las fuerzas de la naturaleza“).

 

Algunas „opiniones“ pseudocientíficas que se encuentran en América tienen sus equivalentes en el Oriente: „On croit dans le Venezuela, comme en Égypte, que les bois pétrifiés se forment de nos jours“ [III.257] („En Venezuela, como en Egipto, se cree que las maderas petrificadas se forman en nuestros días“). Como caso típico de fenómeno natural enigmático, que en lugar de ser explicado científicamente es estilizado a la categoría de misterio y aprovechado por la charlatanería de los sacerdotes, se menciona el ruido que producen ciertas piedras huecas, algo que ya „les anciens habitants de l'Égypte“ („los antiguos habitantes de Egipto“ [V.r.e.-III.384]) habían observado en Tebas [II.283]: el efecto de las célebres columnas de Mémnon. En el mito del diluvio de los indios tamanacos hay una montaña que juega un papel especial y que ya conocíamos del Oriente: „Cette montagne est l’Ararat des peuples araméens ou sémitiques“ [II.587] („Esta montaña es el Ararat de los pueblos arameos o semíticos“ [V.r.e.-IV.404]).

 

En el sentido concreto de los Estudios Culturales, se insertan en el texto poemas, cuentos y mitos. En la obra de Humboldt no sólo están presentes de manera intertextual científicos orientales („Les géographes arabes assurent…“ [II.661]; „Los geógrafos árabes aseguran…“) y cronistas de viaje („Déjà d’anciens voyageurs arabes avoient observé…“ [II.500]; „Ya antiguos viajeros árabes habían observado…“ [V.r.e.-IV.285]), sino también diversos literatos („de dire avec un poète de l’Orient“ [II.417]; „para decir con un poeta del Oriente“ [V.r.e.-IV.173]):

 

„Nous admirons, dans les poètes indiens, persans et arabes, de fréquentes allusions à ces effets magiques de la réfraction terrestre. […] cette poésie du désert. Elle est née en Asie. Les poètes de l’Orient l’ont puisée dans la nature du pays qu’ils habitoient; ils ont été inspirés par l’aspect de ces vastes solitudes…“ [II.165]

(„En los poetas indios, persas y árabes, nos admiran frecuentes alusiones a estos efectos mágicos de la refracción terrestre […] esta poesía del desierto, que ha nacido en Asia. Los poetas del Oriente la han sacado de la naturaleza del país que habitaban; se han inspirado en el aspecto de esas vastas soledades…“ [V.r.e.-III.230-231])

„ces prestiges que les poètes arabes, persans et indous ont chantés ‚comme les douces tromperies de la solitude du désert.’“ [III.467]

(„aquellos prestigios que los poetas árabes, persas e indios han cantado ‚como las dulces ilusiones de la soledad del desierto.’“ [E.p.-227])

 

Al ver a unos indios espantándose mutuamente los mosquitos del cuerpo con violentas palmadas, el alemán recuerda un „cuento persa“: „on se rappelle le conte persan de l’ours qui essaie de tuer de sa patte les mouches sur le front de son maître endormi.“ [II.342] („recuérdase el cuento persa del oso que intenta matar con una pata las moscas sobre la frente de su amo dormido.“ [V.r.e.-IV.78]).

 

Las referencias de Humboldt al Oriente no se limitan en modo alguno a la reproducción retórica de clichés. En un nivel distinto, la Relation historique… contiene una serie de comparaciones serias de carácter científico y humanístico que reclaman un conocimiento heurístico. El Oriente sirve de modelo a la percepción de América.

 

 

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